72:1
[¡Oh, Mujámmad!] Di: "Me ha sido revelado que un grupo de yinnes dijeron al escuchar [la recitación del Corán]: ‘Hemos oído una recitación maravillosa
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que guía al sendero recto. Creemos en la recitación y no caeremos en la idolatría adorando a otro que Dios.
72:3
Él, exaltada sea Su grandeza, no ha tomado compañera ni hijo.
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No obstante, un malvado entre nosotros decía falsedades acerca de Dios.
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Nosotros creíamos que ni los seres humanos ni los yinnes dirían mentiras acerca de Dios,
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pero había seres humanos que solicitaban protección a los yinnes, siendo que ellos solo acrecentaban su desvío.
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Ellos pensaban, como piensan ustedes, que Dios no iba a resucitar a nadie [de su tumba].
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Quisimos acceder al cosmos pero lo encontramos lleno de guardianes severos y meteoritos
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a pesar que buscábamos posiciones apropiadas del cosmos para escuchar [la revelación], pero todo aquel que intenta ahora escuchar encuentra un meteoro que le acecha.
72:10
Y [ahora sabemos que los seres creados] no podemos saber si se ha destinado algún mal para quienes están en la Tierra o si su Señor quiere guiarlos.
72:11
Entre nosotros hay quienes son virtuosos [creyentes] y quienes no lo son. Seguimos caminos diferentes.
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Sabemos que no podremos escapar de Dios en la Tierra ni huir de Él.
72:13
Pero cuando oímos la guía creímos, pues quien cree en su Señor no tendrá que temer que le mermen sus méritos ni que lo inculpen injustamente.
72:14
Entre nosotros [los yinnes] hay quienes aceptaron el Islam, pero también hay quienes se apartaron del sendero recto. Los que aceptaron el Islam son los que siguen la guía verdadera.
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Los que rechazaron el sendero recto, en cambio, serán combustible para el Infierno’".
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Pero si hubieran seguido el sendero recto les habría dado de beber de la abundancia,
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para probarlos con ella. Porque quien se aparte del recuerdo de su Señor recibirá un castigo penoso.
72:18
Los lugares de culto son para adorar solo a Dios, por lo que no deben invocar a nada ni a nadie junto con Dios.
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Cuando el siervo de Dios [el Profeta Mujámmad] se levantó para invocarlo, [los yinnes] se agolparon a su alrededor [para oír la recitación].
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Diles [oh, Mujámmad]: "Solo invoco a mi Señor y no adoro a otro que Dios".
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Diles: "No tengo poder personal para desviarlos ni para guiarlos por el camino recto".
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Diles: "Nadie puede protegerme de Dios y no tengo refugio fuera de Él,
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solo debo difundir el Mensaje que me ha encargado transmitir". Quien rechace a Dios y a Su Mensajero, sepa que le espera el fuego del Infierno, en el que permanecerá por toda la eternidad.
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Y cuando vean lo que se les había prometido sabrán quiénes están realmente desamparados y quiénes son los insignificantes.
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Diles: "No sé si está cerca aquello con que se los ha advertido, o si mi Señor le ha fijado un plazo distante.
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Él es Quien conoce lo oculto y no permite que nadie acceda a él.
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Salvo aquel con quien Él se complace como Mensajero [y le revela asuntos de lo oculto]. Entonces, hace que lo escolten [ángeles] por delante y por detrás
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para cerciorarse que ha transmitido los Mensajes de su Señor. Él tiene completo conocimiento de todo cuanto les sucede y lleva la cuenta exacta de todo".